domingo, 13 de noviembre de 2011

El listín telefónico ¿del Cielo?

(Publicado en Riadevigo.com en septiembre de 2001)

Una atenta mirada a la guía telefónica de Vigo nos puede hacer creer que estamos en el Vaticano o incluso en el mismísimo Cielo. Y no por el Obispado de Tui-Vigo o la Concatedral de Santa María, sino por la cantidad de cregos, obispos, cardenales, santos y aun dioses que figuran. Por lo menos, de apellido.

“Si tú eres Crego, yo soy Obispo”. Es lo que podrían decir las dos personas apellidadas Obispo a las trece de apellido Crego. Por cierto, uno de estos ‘prelados’ es ginecólogo, una actividad poco adecuada para un príncipe de la Iglesia, del que se supone que explora territorios menos carnales.

“Tú serás Obispo, pero yo soy Cardenal”. Y es que los tres ‘obispos’ de la guía poco pueden presumir ante los tres vecinos de Vigo apellidados Cardenal. Uno de ellos, Cardenal Cristo, para más inri, y nunca mejor dicho lo de inri.

Pero donde hay patrón no manda marinero. Y un santo siempre es un patrón frente a un cardenal. Son cientos los residentes en Vigo que tiene por apellido el nombre de un santo, desde Sangabriel hasta San Isidro, pasando por Santamónica y, cómo no, Santamaría. En medio nos encontramos con Sangermán, San Jorge, San José, Sanjuan (uno de ellos, Sanjuan Iglesias, por cierto, y es que dónde mejor va a estar un santo que en una iglesia, y otro, Sanjuan Sanjuan, santo hasta el paroxismo), San Román, Sanpayo, San Pedro, Sanmillán, San Miguel, Sanjurjo (uno, Sanjurjo Milagros, sin comentarios), San Luis, Sanmartín, etc. Y si me permiten el chiste, Samsung, Sanyo (santo, pero egoísta) y, por qué no, Santander, santo a fuerza de humilde, que, pudiendo haber nacido en Bilbao, nació en la capital de Cantabria.

Sin embargo, para santos, Dios. Ni San Pedro bendito, ni Sangabriel, con todo lo arcángel que sea, ni San Isidro, por poco mordedor que resulte (santo labrador, poco mordedor, dice el refrán) pueden hacer nada ante los ¡74! Dioses (entiéndaseme, las 74 personas de apellido Dios) de la guía telefónica. Ahora bien, si establecemos también una jerarquía de Dioses, el primer puesto es para De Dios de Dios. Luego están De Dios Rouco, a medio camino entre Dios y cardenal (Rouco Varela, por supuesto) o De Dios Vispo, a caballo entre Dios y obispo.

Hurgando más en el eclesial listín telefónico encontramos a Dios Manso, como no podía ser de otra manera (el Dios iracundo no pasó del Antiguo Testamento), que además vive en San Xosé, como también cabría esperar, pues, según los Evangelios, Jesús moró en la casa de su padre hasta los 30 años. Lógica tiene también que otro Dios viva en Covadonga, donde dicen que Don Pelayo comenzó la Reconquista y donde hoy se levanta un santuario dedicado a la Virgen, y uno más lo haga en Párroco José Otero. A los párrocos se les supone el amor a Dios, como a los toreros el valor.

Pero si hay un Dios consecuente, ese es Dios Misa. Y es que la patronimia hace extraños (por sorprendentes) compañeros de cama. O, mejor, la cama hace extraños compañeros de patronimia. Amén.

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